Una de las cirugías más comunes que realizan los ortopedistas, es la operación de fractura de cuello de fémur, que consiste en consolidar el hueso con clavos o placas de metal o, lo que es más frecuente en la actualidad, colocar una prótesis de cadera.
Es de mencionar que los cirujanos con experiencias, están capacitados para realizar estas intervenciones, especialmente con la colocación de prótesis, que son hoy de gran calidad, y la anestesia es mucho menos agresiva que hace algunos años.
La mayoría de las prótesis se colocan con anestesia epidural, que sólo duerme la parte inferior del cuerpo, lo que permite operar sin restricciones, incluso a las personas que padecen enfermedades pulmonares o de corazón.
Hasta no hace mucho, era preciso someter la pierna a tracción, con la ayuda de cables, poleas y pesos, para que estuviera en la posición adecuada hasta la cicatrización, lo que podía prolongarse durante meses. A lo largo de ese tiempo, no era raro que el estado general de los pacientes declinara rápidamente, ya que, en muchos casos, la fractura se complicaba con la aparición de escaras, problemas respiratorios, flebitis.
Tratamiento
Actualmente, el tratamiento de la cirugía de fémur ha avanzado, por lo que al día siguiente de la operación el paciente ya puede sentarse. La duración y la calidad de la recuperación depende tanto del estado anterior de cada persona, como de su voluntad de volver a realizar una actividad normal.
Una persona que se valía por sí misma antes de la fractura no tendrá grandes problemas, en principio, para volver a caminar: lo irá haciendo progresivamente, del brazo del fisioterapeuta, en los días siguientes a la intervención.
De la misma manera, la cicatrización completa se produce, como término medio, en un plazo de tres meses desde la operación, pero hay que tener siempre presente que el estado de ánimo es un elemento esencial del tratamiento.